Para "profundizar" un poco más mi blog, he decido agregar ciertos ensayos que he escrito, principalmente con fines académicos pero que parecen pueden ser del interés de todos.
A ver qué opinan.
A un par de semanas de cumplir 25 años *, uno ve hacia atrás y vienen muchos recuerdo de infancia: jugar con Barbies, ver fábulas japonesas depresivas como “Capitán Raimar” o “José Miel”, tomar “prestados” los ochenteros tacones de aguja de mi mamá y ver como nadaban en mis pies, y el perfume de mi hermana mayor... y gastarlo en la Barbie. La nostalgia vuelve, por eso conseguí por Internet una camiseta de “Jem and the Holograms” y sé que voy a matar de envidia a mis amigas.
También uno entiende por qué los mayores siempre se quejan de los jovencitos, (y que quede aclarado que para nada me siento vieja, ,más bien me siento súper joven pero con cerebro... es genial!) se quejan porque sus principios y creencias son distintas a las de las nuevas generaciones.
Yo he notado eso, lo he notado tristemente en la nueva generación de “mujeres” de 13 años. Estas niñas quienes socialmente están aprendiendo a ser seres eróticos a los 10 u 11 años.
¿Pero qué les está pasando a estas pequeñas mentes, quién y cómo se manipulan?
Según la "Teoría del aprendizaje social de Rotter", la posibilidad de que ocurra una conducta dada en una situación particular está determinada por dos variables:
1. la apreciación subjetiva de la probabilidad de que se refuerce la conducta en cuestión (expectación) y
2. el valor del refuerzo para el sujeto.
Tenemos así como ejemplo en esta teoría, la situación del niño que al no saber polaco nunca emitirá una palabra de este idioma por expectación, aunque se le refuerce al 100%. Evidentemente lo que pasa con nuestra niñez, es que no se le está pidiendo que hable polaco o chino, sino que crezca y se erotice más rápido de lo que se dura en ponerle hormonas al pollo. A diferencia del polaco, si no tienes TVN 24, un niño no tiene conocimiento del idioma, en cambio, día y noche el niño adquiere información referente a lo que es ser “adulto”, mediante los modelos de música, espectáculos, lo que ve en las revistas, en la calle, etc. Así, un chico puede aprender socialmente esta conducta, al tener muchas veces expectación, gracias al refuerzo de los padres y tener conciencia de su valor: “puedo ser mayor”.
Skinner apunta acerca del procedimiento del condicionamiento operante a través de aproximaciones sucesivas. La adquisición de una conducta a través de refuerzos positivos por las respuestas deseadas a reproducir y la falta de recompensa a las respuestas poco similares a la conducta deseada. Y este tipo de condicionamiento lo vemos diariamente cuando se le reprime a una niña de andar sucia, de ser gordita, y se le refuerza positivamente el andar con falditas, botas con mini tacón e inclusive utilizar hilo dental (Asco! Ya existen con tallas para de 10 años en adelante!!).
Y considero que la conducta es bastante efectiva, ya que cualquier niño dispone de un repertorio de estímulos de lo que es ser “grande”, mínimo por la observación e imitación de sus padres o hermanos mayores, y en la actualidad, un niño tiende a tomar como modelos a figuras del espectáculo que con afán de vender más, se comercializan tanto a jóvenes, como a adolescentes y a niños.
Los padres corren el riesgo de perder parte de su influencia como modelos frente a la televisión. Basta con ver a Britney Spears, idolatrada por miles de niñas entre los 8 y 11 años, quien no se tomaba la molestia de aminorar sus movimientos sugerentes. En su último concierto dado en Miami, una madre salió muy enfadada diciendo que el concierto había estado muy sexual, con gente en ropa interior y tocándose, lo cual no era propio para su hija de 9 años.
Esta señora qué piensa de la vida!!??
Tal vez lo mismo que muchos padres: “¿Así que esto es lo que ha educado a mi hijo durante todo este tiempo. Cómo no me interesé antes?”
Pues como señalan Miller y Dollard, puede haber aprendizaje por observación incluso cuando el observador no reproduce (aún) las respuestas y no recibe refuerzo.
Así, las niñas y preadolescentes van adquiriendo pautas de un comportamiento basado en la obtención de atención del otro mediante vestimenta, vocabulario y actitud erotizada. Quizás muchas no estén conscientes de esto, quizás a muchas todavía no les gusten los niños, pero una niña no vive encerrada en una burbuja, y al salir al exterior puede encontrarse con muchos depravados que ven esta conducta a veces forzada como una invitación.
Y es que continuamos en una sociedad machista en donde a las niñas se les refuerza continuamente la conducta de servir al otro mediante juguetes como cocinitas, escobas, bebés, etc, creando una dependencia a lo masculino. Fomentando una conducta imitativa del “rol adulto”.
En los muñecos masculinos rara vez vemos una mujer, no hay Sra Max Steel y Srta. Action Man. En cambio todas las chicas Bratz, My Scene e inclusive Barbie, deben tener a no uno, sino muchos chicos.
Y como explica Gelfand, “...la conducta social se produce con más facilidad y se refuerza con más vigor en los niños que han establecido fuertes hábitos de dependencia.”
Aquí, es donde entra a la jugada la publicidad, la cual se ha dado cuenta de los buenos consumidores que son los niños, y utiliza esto para introducir a su mercado ya no solo juguetes y comida chatarra, sino toda clase de ropa, accesorios, perfumes, maquillaje, etc.
Y es que no hay que olvidar que buena parte de la instrucción social implica también la supresión o inhibición de respuestas. Lo cual no debe ser visto como algo negativo, (como supongo que muchos padres solteros neo-hippies piensan) pues no consiste en inhibir la creatividad o el derecho de expresarse, sino que simplemente en la sociedad que vivimos hay conductas que se les permiten y refuerzan a los adultos y en cambio se les sanciona al niño o adolescente.
Existen varios procedimientos para enseñar al niño a cumplir con estas exigencias sociales, esto mediante un refuerzo social diferencial, que implica recompensar una conducta apropiada socialmente y no recompensar las demás. Existe también el refuerzo selectivo, el cual es un proceso lento que se utiliza para plasmar costumbres que no tienen mayores consecuencias sociales.
Y es que retomando el concepto de imitación, muchas de las conductas “indeseables” son producto de los mismos comportamientos de los padres del niño.
La hija de una madre soltera de 18 años, desubicada y que solo tiene como ejemplo el cómo se desvive su madre para agradar a los hombres y tener un marido que la acepte con “carga”, posiblemente reproducirá este patrón, y lamentablemente la niña entrada en la adolescencia, se convertirá a su vez en madre soltera. “... los padres, a través de los preceptos y ejemplos y del control de las contingencias de refuerzo, suelen determinar, de forma bastante precisa, el tipo de respuesta desplazadas que exhibirá o no el niño.”
Los niños no hacen lo que los adultos les dicen que hagan, sino lo que les ven hacer.
Volviendo entonces, a la participación que tiene la publicidad en el reforzamiento de conductas tal vez no inadecuadas, pero sí precoces para una niña, tenemos como semiológicamente la verdad se inventa, y la publicidad crea mundos mejores, mundos privilegiados para un producto. Apoyados entonces en la dependencia que mayormente presentan las niñas, los publicistas crean mejores y más intensas maneras de vivir lo que antes considerábamos infancia.
Tal vez ya no esté de moda tener una dependencia hogareña, es decir, ya a ninguna niña le interesa jugar a la casita, pero ahora se crea la dependencia erótica, genital.
Las nuevas muñecas de ahora,- específicamente las Bratz que traducido al español significa “malcriadas”, “perversas”- muestra cómo debe ser la niña y preadolescente de ahora: esbelta, con sensuales labios brillosos, y con una única preocupación en la cabeza, la moda... ah, y los chicos.
Discutiendo hace un tiempo con una amiga yo defendía a la odiada Barbie, pues aunque mucho se ha dicho de esta estereotipada rubia, Barbie fue la primera muñeca en donde la niña no era su mamá, era ella, y podía ser veterinaria, astronauta o cantante de rock. De las Bratz, por su parte, se decían que eran más “positivas”, pues al ser tan extrañas (juponas, ojonas y patonas) las niñas no se identificaban físicamente con ellas, previniendo pues, desórdenes alimenticios.
A ver qué opinan.
A un par de semanas de cumplir 25 años *, uno ve hacia atrás y vienen muchos recuerdo de infancia: jugar con Barbies, ver fábulas japonesas depresivas como “Capitán Raimar” o “José Miel”, tomar “prestados” los ochenteros tacones de aguja de mi mamá y ver como nadaban en mis pies, y el perfume de mi hermana mayor... y gastarlo en la Barbie. La nostalgia vuelve, por eso conseguí por Internet una camiseta de “Jem and the Holograms” y sé que voy a matar de envidia a mis amigas.
También uno entiende por qué los mayores siempre se quejan de los jovencitos, (y que quede aclarado que para nada me siento vieja, ,más bien me siento súper joven pero con cerebro... es genial!) se quejan porque sus principios y creencias son distintas a las de las nuevas generaciones.
Yo he notado eso, lo he notado tristemente en la nueva generación de “mujeres” de 13 años. Estas niñas quienes socialmente están aprendiendo a ser seres eróticos a los 10 u 11 años.
¿Pero qué les está pasando a estas pequeñas mentes, quién y cómo se manipulan?
Según la "Teoría del aprendizaje social de Rotter", la posibilidad de que ocurra una conducta dada en una situación particular está determinada por dos variables:
1. la apreciación subjetiva de la probabilidad de que se refuerce la conducta en cuestión (expectación) y
2. el valor del refuerzo para el sujeto.
Tenemos así como ejemplo en esta teoría, la situación del niño que al no saber polaco nunca emitirá una palabra de este idioma por expectación, aunque se le refuerce al 100%. Evidentemente lo que pasa con nuestra niñez, es que no se le está pidiendo que hable polaco o chino, sino que crezca y se erotice más rápido de lo que se dura en ponerle hormonas al pollo. A diferencia del polaco, si no tienes TVN 24, un niño no tiene conocimiento del idioma, en cambio, día y noche el niño adquiere información referente a lo que es ser “adulto”, mediante los modelos de música, espectáculos, lo que ve en las revistas, en la calle, etc. Así, un chico puede aprender socialmente esta conducta, al tener muchas veces expectación, gracias al refuerzo de los padres y tener conciencia de su valor: “puedo ser mayor”.
Skinner apunta acerca del procedimiento del condicionamiento operante a través de aproximaciones sucesivas. La adquisición de una conducta a través de refuerzos positivos por las respuestas deseadas a reproducir y la falta de recompensa a las respuestas poco similares a la conducta deseada. Y este tipo de condicionamiento lo vemos diariamente cuando se le reprime a una niña de andar sucia, de ser gordita, y se le refuerza positivamente el andar con falditas, botas con mini tacón e inclusive utilizar hilo dental (Asco! Ya existen con tallas para de 10 años en adelante!!).
Y considero que la conducta es bastante efectiva, ya que cualquier niño dispone de un repertorio de estímulos de lo que es ser “grande”, mínimo por la observación e imitación de sus padres o hermanos mayores, y en la actualidad, un niño tiende a tomar como modelos a figuras del espectáculo que con afán de vender más, se comercializan tanto a jóvenes, como a adolescentes y a niños.
Los padres corren el riesgo de perder parte de su influencia como modelos frente a la televisión. Basta con ver a Britney Spears, idolatrada por miles de niñas entre los 8 y 11 años, quien no se tomaba la molestia de aminorar sus movimientos sugerentes. En su último concierto dado en Miami, una madre salió muy enfadada diciendo que el concierto había estado muy sexual, con gente en ropa interior y tocándose, lo cual no era propio para su hija de 9 años.
Esta señora qué piensa de la vida!!??
Tal vez lo mismo que muchos padres: “¿Así que esto es lo que ha educado a mi hijo durante todo este tiempo. Cómo no me interesé antes?”
Pues como señalan Miller y Dollard, puede haber aprendizaje por observación incluso cuando el observador no reproduce (aún) las respuestas y no recibe refuerzo.
Así, las niñas y preadolescentes van adquiriendo pautas de un comportamiento basado en la obtención de atención del otro mediante vestimenta, vocabulario y actitud erotizada. Quizás muchas no estén conscientes de esto, quizás a muchas todavía no les gusten los niños, pero una niña no vive encerrada en una burbuja, y al salir al exterior puede encontrarse con muchos depravados que ven esta conducta a veces forzada como una invitación.
Y es que continuamos en una sociedad machista en donde a las niñas se les refuerza continuamente la conducta de servir al otro mediante juguetes como cocinitas, escobas, bebés, etc, creando una dependencia a lo masculino. Fomentando una conducta imitativa del “rol adulto”.
En los muñecos masculinos rara vez vemos una mujer, no hay Sra Max Steel y Srta. Action Man. En cambio todas las chicas Bratz, My Scene e inclusive Barbie, deben tener a no uno, sino muchos chicos.
Y como explica Gelfand, “...la conducta social se produce con más facilidad y se refuerza con más vigor en los niños que han establecido fuertes hábitos de dependencia.”
Aquí, es donde entra a la jugada la publicidad, la cual se ha dado cuenta de los buenos consumidores que son los niños, y utiliza esto para introducir a su mercado ya no solo juguetes y comida chatarra, sino toda clase de ropa, accesorios, perfumes, maquillaje, etc.
Y es que no hay que olvidar que buena parte de la instrucción social implica también la supresión o inhibición de respuestas. Lo cual no debe ser visto como algo negativo, (como supongo que muchos padres solteros neo-hippies piensan) pues no consiste en inhibir la creatividad o el derecho de expresarse, sino que simplemente en la sociedad que vivimos hay conductas que se les permiten y refuerzan a los adultos y en cambio se les sanciona al niño o adolescente.
Existen varios procedimientos para enseñar al niño a cumplir con estas exigencias sociales, esto mediante un refuerzo social diferencial, que implica recompensar una conducta apropiada socialmente y no recompensar las demás. Existe también el refuerzo selectivo, el cual es un proceso lento que se utiliza para plasmar costumbres que no tienen mayores consecuencias sociales.
Y es que retomando el concepto de imitación, muchas de las conductas “indeseables” son producto de los mismos comportamientos de los padres del niño.
La hija de una madre soltera de 18 años, desubicada y que solo tiene como ejemplo el cómo se desvive su madre para agradar a los hombres y tener un marido que la acepte con “carga”, posiblemente reproducirá este patrón, y lamentablemente la niña entrada en la adolescencia, se convertirá a su vez en madre soltera. “... los padres, a través de los preceptos y ejemplos y del control de las contingencias de refuerzo, suelen determinar, de forma bastante precisa, el tipo de respuesta desplazadas que exhibirá o no el niño.”
Los niños no hacen lo que los adultos les dicen que hagan, sino lo que les ven hacer.
Volviendo entonces, a la participación que tiene la publicidad en el reforzamiento de conductas tal vez no inadecuadas, pero sí precoces para una niña, tenemos como semiológicamente la verdad se inventa, y la publicidad crea mundos mejores, mundos privilegiados para un producto. Apoyados entonces en la dependencia que mayormente presentan las niñas, los publicistas crean mejores y más intensas maneras de vivir lo que antes considerábamos infancia.
Tal vez ya no esté de moda tener una dependencia hogareña, es decir, ya a ninguna niña le interesa jugar a la casita, pero ahora se crea la dependencia erótica, genital.
Las nuevas muñecas de ahora,- específicamente las Bratz que traducido al español significa “malcriadas”, “perversas”- muestra cómo debe ser la niña y preadolescente de ahora: esbelta, con sensuales labios brillosos, y con una única preocupación en la cabeza, la moda... ah, y los chicos.
Discutiendo hace un tiempo con una amiga yo defendía a la odiada Barbie, pues aunque mucho se ha dicho de esta estereotipada rubia, Barbie fue la primera muñeca en donde la niña no era su mamá, era ella, y podía ser veterinaria, astronauta o cantante de rock. De las Bratz, por su parte, se decían que eran más “positivas”, pues al ser tan extrañas (juponas, ojonas y patonas) las niñas no se identificaban físicamente con ellas, previniendo pues, desórdenes alimenticios.
Yo no sé ustedes, pero a mí me parecía menos perjudicial una rubia con 50 cms de cintura pero que era doctora, veterinaria, piloto de avión o estrella de rock que una pandilla de mocosas con bocas inyectadas cuya única preocupación en la vida es el "prom dance"
Pero considero más dañino el mensaje que trasmiten estas “chicas” que la mini cintura de Barbie, ya que transmiten un mensaje de superficialidad y consumismo, aparte de que Barbie era adulta, mientras que las Bratz no se han ni graduado del colegio cuando ya andan vestidas como pequeñas prostitutas.
Y nuestra amiga la publicidad se encarga de propagar tales productos, y no solo eso, sino de transformar la percepción de las niñas y ofrecerles esta nueva alternativa, basados en que un individuo reacciona y actúa sobre la base de su percepción, no sobre su realidad objetiva.
¿Y qué clase de percepción puede tener una niña de 8 años? ¡La que le pinten más bonita!
De esta manera, van adaptando a las niñas a acostumbrarse de ciertas sensaciones y a asegurárselas como clientes de por vida.
Persuaden a las preadolescentes por el modelo del miedo o peligro al crearles angustias tontas como la imposibilidad de conseguir novio porque tiene acné o el terror de tener frenos porque nadie te va a querer besar.
Como mucho se ha comentado, los valores de nuestra sociedad van cambiando, depende de nosotros aceptarlos o no. Los procesos de influencia social no pueden explicarse en términos de los efectos de modelos, pero lo que es seguro es que depende de nosotros el fortalecer o debilitar las respuestas que las futuras generaciones nos den.
Después de todo, ellas no tienen la culpa.
* Para un curso de Psicología Publicitaria
Agosto 2005
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6 comentarios:
¡Así se habla!
Pobres mocosas... pero lo que pienso es que si bien es cierto los juguetes afectan la psique de los chiquillos, más lo hace la negligencia con que los educan. Así, prefiero las barbies o las bratz, me da igual, pero chiquitas que sus papás NO les compren hilos a los 10 años, que no les permitan tener conductas sexualizadas y que les dejen de reír las gracias que no son graciosas.
Es horrorizante ver como a las niñas las quieren convertir en pequeñas putas dependientes...¡100% de acuerdo con lo que ponés!
Es raro, que para nosotros los jóvenes adultos nos vendan cariñositos, pac-man y pitufos y a los niños les vendan sexo, drogas y rock-n-roll...
¡Y no es mojigatería, es sensibilidad e inteligencia!
Denise: Si, en realidad es la negligencia lo que afecta. Bien que uno vio sangre, violencia, sexo y drogas en la fabulitas de las 9 am (qué viaje con Josefina!)pero como uno no estaba tan bombardeado por los medios como hora, a lo más, los 80's produjo depresivos. Pero es que ahora!!! Ahh, chi-chi, echtochs tiempochs de degenere!
Murasaki: Cierto! La Hello Kitty como que volvió estratégicamente cuando sus mini clientes crecieron y se convirtieron en "exitosos empresarios con dinero" pa comprar sus productos! Malditos! y caímos en su trampa!
Y mojigatos son los que organizan concursos de "Pequeña Señorita Springfield" y luego se dan de piedras contra el pecho al ver a la "muchachas" de la tele en tanga.
Muy de acuerdo con vos, demasiado de acuerdo en realidad! Es increible ver como cambian las cosas. Yo tengo la percepcion que de un tiempo para aca las niñas se meten mas a grandes y a mi hasta que me da horror, como el dia que vi a una niña como de 3 años con minifalda, brillo labial, un top y un bolso con maquillaje de mentiras...Y si, mucho esta en la negligencia de los padres, no solo en la malvada publicidad.
Hola!!!
Te felicito por tu post. Sé que es algo viejo pero no pude evitar la tentación de opinar al respecto.
Me topé con tu blog al realizar una investigación sobre pornografía infantil y lolikon, y me parece que tienes mucha razón en tus palabras.
La sociedad envía un mensaje de doble moral respecto a la sexualidad infantil. No se les deja desarrollar en este campo de una manera natural que les permita crear herramientas para enfrentar el mundo adulto, y sin presiones para ser una figura famosa y erotizada.
Los niños actualmente son en apariencia más "precoces" pero como ya he dicho, tal precocidad no va de la mano de una madurez para comprenderla, sobre todo porque es una precocidad impuesta y no desarrollada por ellos mismos.
Veo que pusiste fotos de la Ramsey. Era una niña extraordinariamente linda, por desgracia, al usar todo ese maquillaje, vestidos y actitud sensual, se escondía su hermosa inocencia y sólo dejaba ver a una (perdón por la palabra) puta en potencia.
Lamentable lo de esta chica, pero creo que los verdaderos asesinos siguen libres (bueno, uno, la otra ya se murió de cáncer hace poco...)
Y bueno, no estoy ni en favor ni en contra de esta clase de conductas infantiles, pero nunca me ha parecido justo que se haga presión a los infantes para que crezcan. Cada etapa es maravillosa y hay que vivirla plenamente.
De nuevo felicidades y hasta pronto!!!
Bye!!!
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lolikneri havaqatsu
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